Cuenta con actitudes y valores que le permiten responsabilizarse de su proceso formativo. Entre las que destacan la autovaloración, aprende por iniciativa e interés propio a lo largo de la vida, aborda problemas y retos acorde a su plan de vida, cultiva relaciones interpersonales que contribuyen a su desarrollo humano y el de quienes lo rodean. Además, reconoce los prejuicios propios, modifica sus puntos de vista al conocer nuevas evidencias e integra nuevos conocimientos y perspectivas al acervo con el que cuenta. Complementariamente, desarrolla habilidades y destrezas motrices e intelectuales para fomentar su salud integral.